El corsé, esa prenda que trajo de cabeza a las féminas del XIX, ha vuelto, y lo ha hecho de mano de la madrina mundial de tendencias como el coutouring o las boxer braids. Kim Kardashian, la mujer con las curvas más prominentes del celuloide, sabía que nadie pasaría por alto sus fotos en Instagram presumiendo de cintura de avispa gracias al uso de una faja reductora. Moda a la que rápidamente se apuntaron sus hermanas Khloé, Kourtney y recientemente Kylie, además de otras celebs como Lindsay Lohan, Jessica Alba o Amber Rose, y de la que nació el «waist training», pero ¿de qué se trata exactamente?
El «waist training», «tighlancing» o entrenamiento de cintura es un método que busca moldear la zona comprendida entre las caderas y la caja torácica con el trabajo de abdominales frontales y oblicuos realzando las curvas naturales del cuerpo femenino y consiguiendo esa ansiada figura de reloj de arena con la ayuda de un corsé o una faja que comprimen el contorno.
La más famosa de las Kardashian comenzó a usar la faja moldeadora tras dar a luz presentando el método en las redes sociales como el «gran milagro anti-kilos». Obviamente los resultados saltan a la vista pues tan sólo con ponértela la figura parece más moldeada a causa de la compresión, otra cuestión es si realmente funciona y si su solo uso estimula de verdad la pérdida de peso. #Nophotoshopnecessary escribía Kim en Instagram.
La faja o corsé, según las reglas del «waist training», debe ponerse para practicar deporte (aunque ya se está empezando a abusar y son muchas las famosas que la ocultan bajo sus modelitos de alfombra roja y street style) para conseguir progresivamente la disminución de diámetro de su cintura. Pero hay que tener en cuenta ciertos aspectos importantes, el primero es que la faja es tan sólo un complemento que aumenta los beneficios de seguir una dieta saludable y de practicar ejercicios. No olvides la regla de oro para un cuerpo perfecto: 70% alimentación, 30% ejercicio. Así que de fajas milagro nada de nada.
No se reduce cintura sólo poniéndote la faja o el corsé sino comiendo bien y realizando entrenamientos metabólicos e interválicos junto a trabajos específicos de abdomen y cintura. Es más, su uso no facilita la pérdida de grasa sino de agua corporal al elevar la temperatura y hacer que el cuerpo sude más. Los líquidos los recuperaremos fácilmente tras beber agua y no influirá en nada en la pérdida de peso.
Diferentes tipos, un mismo objetivo
Reducir la cintura es lo que persiguen todas las chicas que apuestan por el nuevo método de adelgazamiento de las estrellas. Pero existen distintos modelos para conseguirlo. Lo importante es que cuenten con forro interior, aunque las Kardashian por ejemplo lo usan con camiseta de algodón debajo.
- Corsé bajo el pecho con varillas de acero en espiral. Los hay brocados, de satén e incluso denim. Reducen la cintura hasta 15 centímetros por la gran compresión que ejercen.
- Faja moldeadora de látex, las más populares. Tienen varillas de acero y se abrochan con corchetes por la parte delantera permitiendo diferentes ajustes. Sólo con ponértelo reducen 5 centímentros y los hay de muchos colores. Para una talla fija ahora lo venden también con cremallera.
- Faja moldeadora con tirantes, igual que la anterior pero con mayor sujeción.
- Fajas Xtrem Power Belt, con una compresión más livina de tipo elástico.
- Corsé de poliéster para usarlo como reductor cintura pero no para practicar deporte.
Conoce los riesgos<
Al tener apretada la faja o el corsé nos sentiremos más llenas y necesitaremos menos alimento, pero ojo con el resto de efectos secundarios. La presión crea acidez y otras alteraciones digestivas y por la compresión de las costillas pueden acabar desplazándose los órganos; puede generar obstrucción del flujo sanguíneo, dificultades respiratorias durante la actividad deportiva (aunque no nos percatemos de ello) e infecciones cutáneas entre otros problemas. Por eso la práctica del «waist training» debe realizarse bajo supervisión, de forma progresiva y con diseños de faja o corsé de las especificaciones recomendadas.
Crea una especie de adicción y a veces la faja se deja puesta demasiado tiempo, hay chicas que sólo se la quitan para asearse, lo que es una locura. El culto al cuerpo puede ser bueno siempre que no implique ningún riesgo.
Sí, parece que usar faja ya no es top secret, sino todo lo contrario, es de lo más «in». Pero no olvides que las modas siempre tienen letra pequeña, y en este caso de forma más acusada pues lo que está en juego es algo tan importante como la salud.